MARTIN QUINTERO PACHECO
COHERENCIA PLENA ENTRE PINTURA, FAMILIA,y ÉTICA PROFESIONAL





























miércoles, 19 de junio de 2013
martes, 18 de junio de 2013
PLUMILLAS DE SANTANDER. Martin Quintero Pacheco, por Luis Eduardo figueroa
La Fundación El Libro Total
y (Sic) Editorial,
son proyectos de responsabilidad social
e intelectual de la firma
Sistemas y Computadores S.A.
. .
Plumillas de Santander obra de Martín
Quintero Pacheco
Luís Enrique Figueroa
Filigrama del dibujo. Dispendiosa y aplicada tarea del
artista ocañero Martín Quintero
Pacheco, desandar los
pueblos de Santander, los parajes rurales, captar en
miles de trazos de plumilla, en firmes contornos de la realidad,
iglesias, balcones salientes, el Gallineral, la Cueva de Nitro de Zapatoca,
parece ilustración de Gustavo Dore para la Divina Comedia, dejar ese testimonio
de la tierra con todos sus encantos y la maravilla de la arquitectura del
pasado.
Ernesto Suárez Rueda explica el motivo de la publicación de
la Cámara de Comercio, mensaje
grato de Navidad,
que empieza por el rescate de los templos parroquiales y de sus nombres
de pila, San Francisco Javier de
Piedecuesta, torres medioevales en punta gótica, fábrica de piedra de la
cantera, San Juan de Nepomuceno de Floridablanca, San
Pedro de Lebrija,
empezada por el párroco Luiz María Figueroa, testigo de la
Batalla de Enciso, la Inmaculada de
Rionegro, Chiquinquirá de Mogotes, La Transfiguración de Vélez, San
Joaquín de Zapatoca, La Inmaculada de Barichara, oración de piedra monolítica,
San Miguel de Oiba, el Sagrado Corazón de
Barrancabermeja, las capillas doctrineras de las Nieves de Girón, de los
Dolores de Bucaramanga, de Monguí en Charalá, de Chiquinquirá en Confines, el
oratorio de Santa Lucía en Guane.
Después los portales campesinos, cerca de
piedras, techumbre de tejas, puerta de golpe que vemos cerca de la
carretera de San Gil, preciosa muestra del alero, del lugar de abrigo del sol y
de la lluvia, adorno del paisaje, economía de materiales, gracia de la
albañilería rural, la Torre de Tequia en García Rovíra, senderos, árboles,
tapia pisada.
Así Martín Quintero que aprendió en la escuela del buen gusto
de Ocaña a captar . .
Plumillas de Santander obra de Martín Quintero Pacheco
Luís Enrique Figueroa
estas secuencias de la belleza aldeana, empezó dibujando el
Valle de los Alcaldes de Ocaña, la calle del Embudo, la columna de la Libertad
de los Esclavos de Don Agustín de Núñez, el tronco de la Virgen de Torcoroma
los estoraques de la Playa, adelanta la obra de rescate del purísimo estético
de la cordillera santandereana. Gozamos de una noble tradición espiritual, así
lo comprueban esos cuadros religiosos en piedra nos rodea un ambiente sobrio de
meseta Castellana. La Plumilla sabia, atenta, precisa de Quintero ha dejado
este catálogo para acrecentar la fe en nosotras y en nuestra tierra. Un pueblo,
una raza que cree, que alienta el destino de la belleza merece los mejores
destinos. Un lejano abrazo para el amigo pintor y las congratulaciones para la
Benemérita Cámara de Comercio en su
aniversario sesenta.
París 1978
PROPORCIONES DELCUERPO HUMANO Por Martin Quintero Pacheco
La Fundación El Libro Total
y (Sic) Editorial,
son proyectos de responsabilidad social
e intelectual de la firma
Sistemas y Computadores S.A.
Proporciones del Cuerpo Humano
Martín Quintero Pacheco
Canon de
ocho alturas de cabeza
Una línea perpendicular,
por medio de la figura, puede dividirse en ocho partes iguales, llamadas
cabezas; la cabeza de la figura ocupa la primera división; la segunda se
extiende desde la base de la barba hasta los pechos; la tercera llega hasta el
ombligo; el sexo es el término de la cuarta división y en los adultos es
exactamente el medio de la figura; la quinta cabeza pasa por el medio del
muslo; la sexta llega debajo del hueso de la rodilla; la séptima cruza la parte
inferior de la pierna, algo más debajo de la pantorrilla y la octava hasta el
talón.
Las proporciones
transversales son: toda la extensión de la figura, desde la extremidad del dedo
de en medio de una mano, hasta la extremidad del mismo dedo de la otra mano,
teniendo los brazos extendidos hasta la altura de los hombros, es igual a la
altura perpendicular de la figura.
Proporciones del Cuerpo
Humano
Martín Quintero Pacheco
Desde en medio de la
clavícula hasta la cumba del hombro hay una cabeza; otra desde este punto hasta
el codo; la tercera pasa por la muñeca y el resto forma la cuarta. La anchura
del tronco, de hombro a hombro compone
dos cabezas.
CON MOTIVO DE UNA EXPOESICION.
MARTIN QUINTERO PACHECO
Tomado de: Galería el Circo y Fundación
EL LIBRO TOTAL
Bogota, marzo 3 de 1976
No se trata de la música descriptiva de Mussorsky sino de la
obra de un pintor Santandereano, Martín Quintero Pacheco, que se exhibe en la
galería el circo, “encima de la plaza de toros”. Desde la entrada viene el
deslumbramiento: la belleza, la devoción, la exactitud: es decir, la
perfección. El público heterogéneo. Predomina la juventud; y expresa su
entusiasmo.
(Aquí la pintura se partió en dos cuando llegó madame Traba;
los artistas se clasificaron en buenos y malos, según dictaminaba la papisa;
buenos los que pintaban mamarrachos, según ella “no figurativos” a estos les
compraban sus obras, a precios astronómicos, los nuevos ricos; malos, los
otros. Quizás por coincidencia, como pasó con el “boom”, los “buenos” eran todos comunistas, o por lo
menos filo marxistas).
El maestro nació en Ocaña. Aprendió a pintar solo. Quizás
casi solo; como se ha ido quedando su ciudad natal. Tal vez por ello sus
mejores cuadros son los que recuerdan las calles antiguas, las casas antiguas,
las iglesias antiguas del solar nativo; antes claro esta que la destinaran a
bajezas los ediles, las profanaran los alcaldes, se las tiraran los curas. En
la muestra no se ven óleos. “¿Dónde están maestro?”. “los vendí todos en
Cúcuta, en Barranquilla a los venezolanos…”. Hay acuarelas y “cañas”. “¿Que es
caña maestro?”. “plumilla con caña”. Claro no entendimos.
La cámara de comercio de Bucaramanga le está edificando un
libro de, ahí si, plumillas. No profundizamos porque vemos que una filipina
adquiere dos cuadros; una francesa apaña una acuarela, en US $ por la cara de
un arhuaco; un antioqueño pone su tarjeta a un paisaje marino. Hasta el momento
en que salimos no se había llevado el cuadro de nuestra preferencia: la capilla
de las nieves, de san Juan de Girón. Se
comprende que aun no ha ido don Roberto García Peña. Si no va, maestro
Quintero, ¿me la vende por cuotas? Una pariente suya por afinidad y mía por
consanguinidad quizás me sirva de fiador.
FOTOGRAFIAS DEL ALBUM DE LA FAMILIA QUINTERO SERPA
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